viernes, 24 de febrero de 2012

ciudadanía

Entender al ser humano, a todo ser humano, como ciudadano, 
como partícipe a pleno derecho de una comunidad política, es el más seguro 
pilar de la democracia. Ese convencimiento moral ha ido elaborándose a través 
de la historia, en Occidente, mediante un proceso largo y difícil, lleno de reveses 
aunque también de logros felices. Hoy, en pleno siglo XXI, en plena 
mundialización, el proceso no ha culminado aún. No hemos ampliado todavía 
la noción de comunidad política a sus límites deseables y naturales, que son los 
de la humanidad. 
El tribalismo, el particularismo moral, el comunitarismo étnico y, 
naturalmente, el nacionalismo –tanto el opresor como el excluyente- son 
escollos que se interponen ante ese esfuerzo civilizatorio universalista. Son 
difíciles de salvar. Siguen aún dividiéndonos, disminuyéndonos en dignidad, 
haciéndonos extraños los unos ante los otros. La senda hacia la ciudadanía 
universal no está todavía cubierta. Falta mucho trecho. Aunque nada impida 
que nos empeñemos en continuar siguiéndola.  
 En esa larga aventura de la razón y la voluntad civilizatoria la obra Del 
ciudadano o, según el título latino que siempre suele usarse, De cive, de Thomas 
Hobbes, ocupa un lugar crucial. Apareció en París en 1642 y recibió 
inmediatamente considerable atención en el descollante círculo intelectual en el 
que se movía a la sazón Hobbes. (La edición inglesa es de 1651, y lleva por 
título De Cive, Philosopohical Rudiments Concerning Government and Society.
1) Su 
autor, el más grande filósofo político que haya engendrado Inglaterra, laboró en 
numerosos frentes del saber –sobre todo en ciencia natural, desde la óptica a la 
matemática- con varia fortuna. Su herencia imperecedera se halla en el campo 
de la filosofía política y, por extensión, en la ciencia social. Los tiempos 
turbulentos y peligrosos que le tocó vivir inspiraron su obra y radicalizaron los 
argumentos sobre los que descansa. Hobbes jamás deja indiferente.

 HOBBES, FUNDADOR DE LA CONCEPCION MODERNA DE LA 
CIUDADANIA 
Salvador Giner 

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